Conoce los factores de prevención, programas de apoyo y alertas tempranas para protegerte a ti y a tus seres queridos de la violencia sexual.
Todas las personas debemos conocer los factores de prevención y alertas tempranas en relación a la violencia sexual. La información es poder y puede salvar vidas. En esta sección encontrarás mitos y realidades sobre la violencia sexual, así como programas de prevención disponibles.
Es importante desmitificar creencias erróneas sobre la violencia sexual para poder prevenirla y detectarla a tiempo
El término violencia sexual implica cualquier conducta de tipo sexual que se realiza con un niño o una niña, entre las cuales se encuentra la violación, pero existen muchas otras formas de abuso, todas ellas consideradas como violencia sexual, como tocamientos del y al agresor, entre niñas y niños, posar para material pornográfico, mostrar pornografía, palabras impúdicas o morbosas, etc.
La violencia sexual no siempre emplea la fuerza física, muchas veces es producto de manipulación, amenazas o engaño; las niñas y niños confían en las personas que conocen, por eso es frecuente que los agresores sean padrastros, parientes próximos, vecinos, maestros, o sea personas con quienes conviven cotidianamente. Muchas veces el infundir temor es mejor herramienta que la fuerza física.
La violencia sexual infantil constituye una forma de violencia altamente frecuente en nuestra sociedad. No obstante, el mismo temor de las niñas y niños víctimas para develar la situación, así como el rechazo de los padres o cuidadores al sospechar de una situación de abuso, hacen que los casos que se denuncian aún constituyan un porcentaje menor, comparado con el universo total de casos reales.
La creencia de que un caso de violencia sexual se detecta rápidamente es errónea. Son múltiples las razones que dificultan la identificación del abuso, tales como el miedo de la niña o niño a castigos, amenazas de la persona agresora, creencia de que no le van a creer o la van a culpar de lo sucedido, y tal vez la más importante es que como adultos no estamos preparados para hacerle frente a esta realidad.
La conducta más natural de las niñas o niños es decir la verdad cuando algo les afecta o les está haciendo daño. La probabilidad de que un niño o niña llegue a elaborar como fantasía una situación de violencia sexual es mínima, por lo tanto, cuando una niña o niño nos cuenta que algo así le ha ocurrido, lo más probable es que estemos ante una situación verídica de violencia sexual.
La violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes ocurre en todas las clases sociales y todos los estratos socioculturales. En clases con mayores recursos económicos se tiende a ocultar aún más la situación, produciéndose menos denuncias en instancias públicas o privadas.
Cualquier conducta de la niña o niño que ha sido víctima puede ser entendida por la persona agresora como una provocación, como una forma de justificar su propio comportamiento. Tras esta creencia se encuentra sólo un intento de culpabilizar a la víctima. No puede presumirse que una persona busque una situación tan desigual de violencia, mucho menos a una edad temprana.
La mayor parte de los tipos de violencia sexual cuyas víctimas son niñas o niños y adolescentes, son cometidos por personas conocidas y por tanto generalmente ocurren en espacios familiares y pueden ser cometidos por tíos, primos, hermanos, incluso propios padres dentro de su entorno y a cualquier hora del día.
Los tipos de violencia sexual pueden afectar a niñas o niños de diversas edades, ya sean menores o mayores de edad. Las más vulnerables son las niñas o niños menores de 14 años, encontrándose casos de niñas y niños víctimas de violencia sexual incluso menores a los 2 años de edad.
Existen también casos de violencia sexual contra niños y adolescentes varones, incluso a varones mayores de edad, aunque en menor cantidad pero hay mayor resistencia a hablar de ellos, a denunciar e incluso a brindar al niño el apoyo psicológico y asistencia médica que requiere porque existen muchos prejuicios sobre la sexualidad de los hombres.
Cuando una niña, niño o adolescente recibe información adecuada, vive en un ambiente familiar de respeto y afecto, existe una comunicación saludable con su madre y/o padre, tiene una autoestima alta, es más probable que pueda reconocer una situación de riesgo, para evitar que ocurra, alejarse a tiempo o avisar que se ha presentado.
Conoce los programas y servicios disponibles para la prevención y atención de la violencia sexual
Prevención y atención integral
Protección de la niñez
Ministerio de Salud
Detección y alerta temprana
Relaciones saludables
Pro Mujer
Programas municipales
Línea de atención las 24 horas para víctimas de violencia
Servicio: Proporcionado por la Alcaldía de La Paz
Disponibilidad: 24 horas todos los días
Servicios: Prevención, atención oportuna, ayuda psicosocial y legal